En que hay gran contrariedad, no tanto por ser la mayoría extrañas y extrañas de nuestro común uso y estilo, y algunas de ellas contrarias, al parecer, de todo lo que quieren declarar. Si no es, como ya dije, que en aquel tiempo y en aquella lengua todas y cada una estas cosas tenían gran primor; como en todos y cada tiempo y en todos y cada lengua observamos mil cosas recibidas y utilizadas por buenas, que en otra lengua o en otro tiempo no las tuviesen por buenas. Si bien es verdad que decir en las perlas oentre las perlas da ocasión a otro sentido que, en mi opinión, viene bien a propósito, diciendo, no que la Mujer tenía ciertos de estos arreos que añadiesen a su hermosura, sino que, al revés, se encontraba desnuda de ellos, y con todo lo mencionado, parece ser y dicho del Marido, sin comparación estaba muy más hermosa que otra que los tuviese. Basten estos cuatro ejemplos como prueba última de la relación que sin duda existió entre la traducción del célebre profesor salamanqués y las biblias judeorromances. Son considerablemente más las conexiones y aún mucho más los ejemplos que podrían haberse añadido en defensa de aquella evidente dependencia. Con todo, los anteriores son prueba bastante para demostrar que la versión de fray Luis no nació en medio de la nada y que debía mucho más a la tradición, en este caso judeoespañola o sefardí, como lo era él en cierta manera, de lo que se ha creído.
Calidad literaria propia de un clásico, presentada en una edición vigilada, destinada a ser parte de una biblioteca de Profesores de la espiritualidad cristiana. Tanto para la tradición judeocristiana, para la tradicional grecolatina, el origen de los tiempos, como idea de un paraíso primordial o como la era de Saturno, respectivamente, es un estado donde la acción pecaminosa del hombre en la historia, o bien las tribulaciones y cansancios del trabajo de la era de Júpiter, no se había conocido aún. Como vimos, según la profecía virgiliana, la plenitud humana se contempla como un “retorno” de la era de Saturno. Y es de esta manera, porque para los paganos, la historia, como la naturaleza, cumple con un riguroso orden de esplendor, decadencia y renacimiento. No obstante, para la concepción judeocristiana, la profecía del reino de Dios no significa exactamente un retorno al paraíso original, sino una culminación definitiva, cuando la humanidad es resarcida por la acción mesiánica, como intervención misericordiosa de Dios y recompensa de un comportamiento ético por la parte de los “justos y seleccionados” que han resistido a todo lo largo de la historia sagrada. Como tenemos la posibilidad de observar en la parte final del Comentario de fray Luis al Cantar de los Cantares, el amor sería, precisamente, ese acto voluntario que deja atisbar y acelerar la culminación histórico-cósmica.
Mucho más que el vino; olor de tus amores sobre todas y cada una de las cosas aromatizadas. Lo que afirma,y en medio cubierto con amor, la palabra, rachup, quiere también decirencendido; que esto es, todo él con hermosura y riqueza encendía en amor y codiciosa afición a las hijas de Jerusalén, esto es, a todos los ciudadanos de aquel sitio, que, mirando tan rica y excelente obra, la codiciaban. Gran fuerza de amor es esta, que ni la noche, ni la soledad, ni los atrevimientos de hombres perdidos, que en tales tiempos y lugares suelen tomar licencia ha podido estorbar a la Mujer de que no buscara a su deseo.
El Cantar De Los Cantares
Esto hácenlo escribiendo en los semejantes dones ciertos motetes o letras que tengan el nombre de lo que ellos desean dar a entender, o poniendo figuras o color alguno que dé a comprender lo que ellos sienten. La traducción de fray Luis, por tanto, podía provenir ya de manera directa de la exégesis hebrea, ya de las biblias judeorromances. Para finalizar, he querido añadir algunos otros pasajes donde la traducción del humanista concertaba de igual forma con las biblias judeorromances, pero en los que podía apreciarse la utilización de un léxico más moderno por parte de fray Luis. Sin embargo, en las traducciones humanísticas del Cantar de los Cantares siempre y en todo momento se había dejado ver la utilización de un léxico bastante arcaico. De entrada, que las ediciones sefardíes transmitiesen 2 interpretaciones distintas de un mismo término hebreo se explicaba por visto que perteneciesen a distintas traductores.
De hecho, sería difícil de opinar que fray Luis hubiese llegado a corregir siete u ocho ocasiones la obra primigenia. Por eso José Manuel Blecua defendiera de forma correcta, en principio, la oportunidad de que su Exposición saliese ahora modificada de los numerosos conventos por los que pasó9. Fray Luís de León nació en Belmonte, provincia de Cuenca, el año 1527. Su padre era un letrado de prestigio, relacionado al trabajo en la Casa Real. Ejerció en La capital de españa y Valladolid, ciudades donde estudió Fray Luís. A los 14 años ingresó en el convento de San Agustín, en Salamanca; allí profesó como monje el 29 de enero de 1544.
La traducción y el Comentario de fray Luis son una obra literaria en sí misma, una interpretación del Cantar de los Cantares que sigue fielmente el sentido así de la Escritura hebrea, pero añadiendo ahora la huella de la civilización hispánica renacentista. Sigue en su requiebro el rústico y jocoso Marido, y aunque pastor, exhibe bien la elocuencia que aprendió en las academias del amor. De este modo, con una semejanza y otra alaba la hermosura extremada de su Mujer, y declara agora de esta forma enteramente y a bulto, toda su felicidad, frescura y perfección, lo cual había hecho antes de agora, particularizando cada cosa por sí. Que dice que toda ella es como un jardín cerrado y guardado, lleno de mil variedades de frescas y preciosas plantas y hierbas, parte olorosas, parte ricas a la vista y a el resto sentidos; que es la cosa más cabal y mucho más significante que se ha podido decir en este caso, para declarar completamente el extremo de una belleza llena de frescor y gentileza. La curiosísima traducción de este versículo podría esgrimirse como inmejorable ejemplo del segundo apartado, sabiendo la variante que tenía el manuscrito editado por J.
Cantar De Cantares
Las similitudes entre la versión de fray Luis de León y las traducciones bíblicas judeorromances son a veces tan netas y pasmosas que casi podría descartarse la oportunidad de que nos halláramos frente sencillos coincidencias azarosas. Claro que esa cuestión supondría de entrada admitir un influjo incesante que acarrearía necesariamente una indudable merma en la singularidad de la traducción del fraile agustino, que no todos estaríamos dispuestos a aceptar. En cualquier caso, este suceso no habría de verse como un menoscabo, antes al contrario. 1) En la sección primera se expondrán ejemplos de coincidencias que relacionan la versión del humanista con las traducciones medievales que habían llevado a cabo los antiguos judíos de Sefarad. Se trata de un primer acercamiento y de una confrontación no definitiva, pero imprescindible para conectar la traducción de fray Luis con las ediciones judeorromances. En todo caso, las similitudes son de manera frecuente asombrosas, tanto que muy difícilmente podrían mantenerse basándolas en la pura coincidencia.
El Cantar De Los Cantares
Con la gentil presencia de su Mujer, concibe el Marido novedosas llenas de amor, que le hacen dar muestra, por galanas comparaciones, de lo bien que le parece. Hermosa cosa es y llena de gentil brío una yegua blanca y bien enjaezada, cuales son las que hoy día los señores emplean en los coches; ya que muestra el Esposo en esto la lozanía y gallardía de ver a su Esposa. Y diceen carro de Faraón, significando por él al rey, la tierra y reino de Egipto, cuyos reyes se los conoce como de esta manera, que quiere decir tanto como vengadores y restauradores, que los antiguos ponían nombre a los ministros de la república, a cada uno conforme a la obra de su oficio.
En la Facultad de Salamanca se graduó como maestro en Teología. En 1551 inició su actividad enseñante en la citada Universidad. Los alumnos helmánticos se agolpaban para lograr oír sus clases. Sus biógrafos coinciden en que Fray Luís de León participaba en todas las luchas que por entonces tenían sitio en el recinto universitario. A. Mestre demuestra cumplidamente de qué manera desde la edición de la poesía luisiana inspirada por Mayans y el estudio de éste sobre fray Luis , D.
Que, según la verdad del espíritu, es bastante de avisar que en el justo y en la virtud están juntos beneficio y deleite y alegría con todos los otros bienes, sin haber cosa que no sea de utilidad y valor; y que no sólo tiene y produce fruto que deleite el gusto y con que deleite su vista, sino asimismo tiene de hojas y olor de la buena popularidad con que recree y ayuda al bien de su prójimo. Como lo declara estupendamente el real profeta David en el primer salmo, adonde dice del justo que es como el árbol plantado en las corrientes de las aguas, que da fruto a su tiempo, que está siempre y en todo momento verde y fresco, sin secarse jamás la hoja. 20 Para las citas de las versiones medievales, utilizo mi edición de las biblias judeorromances, aún nueva. Saldrá publicada próximamente acompañada de un estudio sobre su proyección en el humanismo español. Las traducciones bíblicas usadas en los próximos cotejos son las citadas E3, E4, E5 y BN, más las conocidas Biblia de Alba , Biblia de Ferrase y la contenida en el manuscrito CXXIV/1-2 de la Biblioteca Pública de Évora . La enorme revelación y aportación de fray Luis respecto al Cantar de los Cantares es la certeza de que el amor humano, cuando es verdadero, esto es, recíproco, adquiere la cualidad de lo divino, o sea, de lo trascendental.
No puede descartarse por tanto que el agustino hubiera tenido entre sus manos un manuscrito de la familia de BN, o cuya lectura hubiera sido, como en este, montes de Bater. Fray Luis había expuesto sus inquietudes sobre la Vulgata en relación con su origen, si se trataba de la auténtica versión de san Jerónimo según el artículo hebreo. Al cotejar la opinión de ciertos obispos, el fraile concluye que la edición de hoy de la Vulgata es en una gran parte de san Jerónimo, que la tradujo del texto hebreo y que no se corresponde con la edición de los Setenta, por lo que no es la Vetus vulgata Latina editio. Sin embargo, la Vulgata no es totalmente aquella que elaboró san Jerónimo, sino en varios sitios se suprimen sus intervenciones y queda la lectura que había en la Vetus. La opinión de fray Luis es que se precisaba investigar bastante para juzgar cuál es la verdadera Vulgata en esos lugares.