La situación de la cabeza parece algo forzada con relación a el cuerpo, tal y como si el cuello no presentara una situación natural, distendida, como sí pasa con el resto de su cuerpo. Desde el punto de vista formal, hay un predominio de una gama cromática fría, donde resaltan los tonos verdes, en contraste con los blancos nacarados y los rosas, que dan mayor calidez; los dos son aspectos propios de la pintura neoclásica. El resultado es un desvisto pulido y bien torneado, que recuerda a Tiziano o a Velázquez.
Fragmentos de pura pintura como la chaquetilla amarilla con adornos negros o los volantes de la almohada se cuentan entre los aciertos más definitivos del pincel de su autor. Muchas de las situaciones de las Pinturas negras son nocturnas, detallan la ausencia de la luz, el día que muere. De este modo pasa en La romería de San Isidro, el Aquelarre o la Peregrinación del Beato Trabajo, donde una tarde ahora derrotada hacia el ocaso genera una sensación de pesimismo, de visión tremenda, de enigma y espacio irreal. La paleta de colores se disminuye a amarillentos, dorados, tierras, grises y negros; con solo algún blanco restallante en ropas para ofrecer contraste y azul en los cielos y en varias pinceladas sueltas de paisaje, donde concurre asimismo algún verde, siempre con escasa presencia. Por otro lado, la escala de las figuras incrementa con respecto a las estampas, con el mismo objeto de centrar el tema de la sinrazón de la crueldad y reducir la distancia del espectador, que se ve involucrado en el hecho casi como un viandante sorprendido por el estallido de la refriega. Entre octubre de 1808 y 1810 Goya dibujó bocetos preparatorios —preservados en el Museo del Prado— y, a partir de estos y sin ingresar ediciones de importancia, comenzó a grabar las planchas entre 1810 —año que hace aparición en múltiples de ellas— y 1815.
Está realizada en óleo sobre cuadro, mide 95cm de alto y 188 cm de ancho, y fue pintada entre 1800 y 1808. En cualquier caso, los retratos de cuerpo entero hechos a la duquesa de Alba son de gran calidad. El primero se realizó antes de que enviudara y en él aparece vestida por completo a la moda francesa, con especial traje blanco que contrasta con los vivos rojos del nudo que ciñe su cintura. Su ademán exhibe una personalidad extrovertida, en contraste con su marido, a quien se retrata inclinado y exponiendo un carácter retraído. No en vano ella disfrutaba con la ópera y era muy mundana, una «petimetra a lo último», en frase de la condesa de Yebes, al paso que él era piadoso y gustaba de la música de cámara.
Cuaderno F Goya Dibujos «solo La Intención Me Sobra»
«Es posible que tratase de causar el menor daño viable, pero por la forma en que actuaron admitieron la oportunidad de que la pintura pudiese dañarse». Hace unos días, el Ministerio de Cultura instaba a los museos estatales a extremar las cuestiones de inseguridad frente a los asaltos de activistas ecologistas contra proyectos de patrimonio artístico en pinacotecas de Florencia, Londres o Berlín. Se solicitó a las pinacotecas que sean «pormenorizadas» en el cumplimiento de las normas de acceso que los visitantes deben cumplir para acceder al recinto, como la prohibición de introducir elementos y bebidas en las salas, mochilas y bultos grandes, paraguas u objetos punzantes, etc». Se unían de esta forma a otros museos españoles, como el Prado o el Reina Sofía, «en alarma» por este tipo de acciones, que consideran que «carecen de sentido» y con las que solo se busca «propaganda».
Desde el punto de vista artístico, estos cuadros destacan por la riqueza de su colorido y la calidad y realismo conseguidos, que hacen que creamos estar contemplando a una mujer de carne y hueso. Otros historiadores sugieren que la modelo del retrato podría ser Pepita Tudó, apasionado de Manuel de Godoy, que fue quien encargó los retratos. Esta polémica pertence a las causantes de la enorme popularidad de estos cuadros.
De semejante juicio el pintor logró la absolución merced al influjo del cardenal Luis María de Borbón y Vallabriga, pero la pintura quedó depositada fuera de la visión del público prácticamente hasta principios del siglo XX. Se guardaron en la Real Academia de San Fernando, en una salón reservada, de acceso limitado, donde se acumulaban los cuadros de desvisto más audaces. La Sociedad de Artistas la conformaron destacados grabadores, eminentemente, José Martínez de Espinosa, José María Galván, Bartolomé Maura, Francisco Torras Armengol y Ramón Casas, quienes fueron individuos clave en el debate sobre el arte del grabado a lo largo del siglo XIX en España.
Indudablemente mantiene técnicas distintas aun una de la otra, la vestida maneja pinceladas mucho más sueltas. En el mismo como ahora se mentó se expone pinceladas sueltas, y libres el cual trabajo el pintor con bastante cuidado, plasmando cornaduras y sombreados, es una figura que esta bañada en una luz que se consigue gracias a sus diferentes texturas. Los comentarios en cuando su identidad, narran que esta mujer has sido muchas y todas y cada una distintas, pero algunos registros hablan de que la obra se mantuvo su anonimato. Y al lado de la historia de historia legendaria logró ver un modelo como la duquesa de Alba, aunque se dijo que ha podido ser pepita Tudo, la que fuera amante de Godoy ya hace varios años, particularmente del año 1797. Se encuentra en un diván encima de almohadas, con una pose claramente un tanto sensual en el que se puede apreciar que transporta su brazos hasta tras su nuca.
Aunque, en último término, todo se hacía bajo la dirección de Mengs, rector del gusto neoclásico en España, en la confección de los cartones se dio el importancia a los pintores españoles. Entre estos figuraban José Juan Camarón, Antonio González Velázquez, José del Castillo o Ramón Bayeu, que trabajaban a las órdenes directas de Francisco Bayeu y Mariano Salvador Maella. El cuadro es una obra de encargo pintada antes de 1800, en un intérvalo de tiempo que estaría entre 1790 y 1800, fecha de la primera referencia documentada de esta obra. Luego formó pareja con La maja vestida, datada entre 1800 y 1808, probablemente a requerimiento de Manuel Godoy, pues consta que formaron una parte de un gabinete de su casa. La maja vestida es un lienzo en el que se mantiene una aceptable relación de dependencia, con la maja desviste, ya aquel en torno a ella se sostienen una historia similar, no obstante con la diferencia del desvisto, es una obra que fue mostrada al público en las áreas de la Academia de San Fernando en donde estuvo por muchos tiempo, entre los años 1808 y de 1813, 1836 y 1901. Al final el marco es el que mucho más sufre, «el que más daños tiene por traslados, posibles golpes o porque acumule mugre. «Eso hace que muchas de las proyectos no preserven los marcos originales». «Su restauración es como la de los cuadros, con exactamente el mismo cuidado y respeto», explica Susana Pérez, restauradora del mismo museo. La deslumbrante imagen de ámbas activistas climáticas en el Museo del Prado que habían unido sus manos con pegamento a los marcos de «La maja vestida» y «La maja desnuda» de Francisco de Goya, supuso para bastantes una sensación de alivio al revisar que en esta ocasión no lanzaron pintura o tomate contra el cuadro, si bien estuviera protegido por un cristal. Pero los marcos, que siempre y en todo momento acompañan a las proyectos, también forman parte de la Historia del arte como bien a proteger.
De hecho es tal como se puede observar reflejada en el inventario de su propietario Manuel Godoy. En sí las majas son obras que se puede decir que semeja ser exactamente la misma mujer, que se encuentra ubicada en una especie de cama o un diván, de esta se halle hoy en día muchísimas imitación de esta enorme obra. Por consiguiente no son retrato que en la actualidad y ahora hace mucho tiempo están descartado por la crítica y la historiografía de Goya. Desde ahora hace mucho años, se dice que son invenciones que se tenían que mantener juntas, a venus del espéculo de Velázquez y a una venus el cual se consideraba, en el tiempo como de Tiziano. Como una especie de gabinete reservado, de este tipo de creaciones, en el palacio de Godoy. La maja vestida fue la primera en ser exhibida frente al público más allá que la desviste fue la primera en realizarse, esta siempre y en todo momento se sostuvo como escondida.
El directivo del Prado, Miguel Falomir, se encontraba fuera y no ha podido acudir, si bien estuvo informado en todo momento de lo ocurrido. Diríase que ha podido ser requerida por Manuel Godoy, en tanto que era una parte de su gabinete en su casa. Sin embargo asociar ambas pinturas, que retratan esta figura en cuerpo entero a una misma mujer además muy bella, que se expone acostada muy cómoda en un lecho. Es un cuadro, que se enlaza con el de la maja desviste, el cual se estima que pudo ser trabajado unos años mas tarde que esta. En esta se realiza una primer comentario que trata de que el cuadro forma parte al año 1808, según los archivos de Frederic Quilliet, y tambien el agente de José Bonaparte, el mismo edifico en las características de Manuel Godoy.
Mucho Más Obras De Hauser Y Menet
Era solo cuestión de entender qué día, a qué hora, exactamente en qué museo y cuál sería el cuadro elegido, pero los museos españoles, como los de todo el planeta, estaban en el punto de mira de los ecoactivistas, \’ecoterroristas\’ mucho más bien. Han encontrado un altavoz mediático esparciendo sopas, cremas y demás alimentos líquidos en piezas maestras del patrimonio artístico y pegándose a los marcos de exactamente las mismas. Tras los ataques a proyectos de Botticelli, Van Gogh, Monet o Vermeer, en importantes museos de toda Europa, hoy le ha tocado el turno al Prado. En 1813 fue llevada al Depósito General de Raptos de la calle Alcalá, donde tiene relación por primera vez a «una mujer vestida de maja», para después ser reclamadas las dos obras por el Tribunal de la Inquisición por ser «pinturas obscenas». Fue expuesta al público por vez primera en la Real Academia de San Fernando en 1840. La técnica que en esta obra y la fisonomías no coinciden con las técnicas de este artista, que comunmente hacía, esto es que este no se puede estimar un retrato sino más bien invenciones, de las figuras si se desea correspondientes a la mitología. En el año 1813, en el inventario que se efectuó de incautación de sus bienes bajo el mando del rey Fernando VII, se hace un informe a las majas como gitanas.
En este caso el movimiento transporta de la izquierda a la derecha, hay personas y caballos cortados por los límites del cuadro, como si fuera una instantánea fotográfica. El tratamiento de la luz, que podría ser de ocaso, circunda y resalta las nubes que circundan la cintura del coloso, como detalla el poema de Arriaza («Cercaban su cintura / celajes de occidente enrojecidos»). Esa iluminación sesgada, interrumpida por las moles montañosas, incrementa la sensación de falta de equilibrio y desorden. En él se presenta al pueblo español como un gigante surgido de los Pirineos para ponerse en contra a la invasión napoleónica.
Se dice que los dos cuadros fueron completados para estar puestos, uno sobre el otro, la vestida sobre la desnuda, esto con el propósito de asombrar al público de la corte. Se dijo que las majas que fueron retratadas pudiera ser la duquesa de Alba, en tanto que su muerte está entre el año 1802, todos los cuadros pasaron entonces a manos de Godoy, y de quien hay que que pertenecieron estas 2 majas. Esta figura es bañada con una luz el cual resalta muchas de las diferentes texturas. Si se puede ver bien exhibe exactamente la misma mujer desviste y acostada en una cama y viendo de forma fija al que la observa. Lafuente Ferrari, Y también., Historia de la pintura española, Biblioteca básica Salvat, Salvat Editores y Alianza Editorial, 1971.
Los jóvenes, Sam y Alba, de nacionalidad de españa, fueron detenidos con los cargos de alteración del orden público y daños, y dirigidos a la comisaría de Retiro. El Prado emitió un breve comunicado en que se advierte de que «las obras no han sufrido daños, a pesar de que los marcos tienen rápidos desperfectos, particularmente el de \’La maja desnuda\’». No solo se cerró la salón, sino más bien todo el ala, que comprende de la salón 34 a la 38. El público que se hallaba a esa hora en el museo se quedó sin poder contemplar dos de las obras más queridas del museo.
Creador De La Maja Vestida
Goya recorrió las tierras aragonesas empapadas en sangre y en visiones de muerte. Y su lápiz no logró más que reiterar los espectáculos macabros que tenía ante su vista y las sugerencias directas que recogió en este viaje. Sólo en Zaragoza ha podido contemplar los efectos de obuses que al caer derrumbaban los pisos de una casa precipitando a sus pobladores como en la lámina 30 Estragos de la Guerra. El bandido Maragato, delincuente homicida muy conocido desde 1800, fue detenido en 1806 por un franciscano, Pedro de Zaldivia, de lo que resultó ahorcado y descuartizado por la justicia de la temporada. Se mantiene también un retrato a lápiz de doña Josefa Bayeu dibujada de perfil del mismo año, muy preciso en los rasgos que definen su personalidad.