El inicio de la Revolución Mexicana se dio cuando Francisco I. Madero, al proclamar el Plan de San Luis el 20 de noviembre de 1910, conminó a los mexicanos a levantarse en armas contra el gobierno de Porfirio Díaz, quien había exhibido el poder a lo largo de 36 años. De esa forma, el 20 de noviembre de 1910, da comienzo el movimiento armado, con carácter esencialmente habitual y popular, convirtiéndose en la primera enorme revolución del siglo XX. Luego, el gobierno de Carranza logró el reconocimiento de Estados Unidos en el mes de octubre de 1915, lo que le permitió negociar la adquisición de armamento de guerra a sus fuerzas.
El 11 de enero de 1916 un grupo de soldados villistas a cargo del general de órdenes Ramón Banda Quesada emboscaron un tren del Mexico North Western Railway en Santa Isabel, Chihuahua, y masacraron asesinando a 18 ciudadanos estadounidenses, mineros y también ingenieros que estaban en México por invitación de Carranza. En el estado de Sonora, los en general Álvaro Obregón y Plutarco Elías Calles se unieron a la causa de Venustiano Carranza casi de instantánea. Otros movimientos importantes ocurrieron en los estados de Durango (dirigidos por Tomás Urbina, Orestes Pereyra, Calixto Contreras y los hermanos Arrieta) y Zacatecas (por Fortunato Maycotte y Pánfilo Natera). Victoriano Huerta se convirtió en presidente de México con el acompañamiento de grandes hacendados, altos mandos militares, el clero y prácticamente todos los gobernadores (con excepción del gobernador de Sonora, José María Maytorena, y del gobernador de Coahuila, Venustiano Carranza). Al paso que el propio presidente Madero fue ejecutado a traición al lado de Pino Suárez, mientras eran en teoría trasladados a la Penitenciaría de Lecumberri. Esta interpretación objetivista fue la que mantuvo Nahuel Moreno, con el pequeño desatino de que toda la prueba histórica apuntaba a que la clase obrera china estuvo ausente de la revolución.
La autodeterminación de la clase obrera no se genera de manera espontánea al calor de los acontecimientos revolucionarios, así como demostró la experiencia mexicana con el proletariado agrícola de Morelos. Para poder esto, es preciso la mediación de un partido de la clase obrera, que sea capaz de interpretar las sensibilidades populares y sintetizarlas con apariencia de programa transicional hacia el socialismo. En su afán por encontrar el “componente objetivo” para caracterizar a la Comuna de Morelos como un estado obrero elemental, Gilly no se preocupa en lo absoluto por probar el accionar político independiente de la clase obrera, que por su naturaleza social tendría que ser diferente del que presentaba el campesinado zapatista. Opuesto a esto, toda la prueba histórica presentada por Gilly desmiente esta suposición y fortalece la tesis de que los obreros agrícolas por sí mismos no se distanciaron de su pasado campesino con el cual mantenían ”mil lazos familiares y sociales”. Habiéndose deshecho del ejército de Villa, el gobierno de Carranza volvió la mirada hacia el sur del país, donde el zapatismo proseguía dando muestras de su radicalidad política, aun en instantes en que la revolución empezaba a retroceder en el plano nacional. La mejor expresión de esto fue la Comuna de Morelos –que por su hondura y dificultad abordaremos particularmente en el próximo acápite–.
En ese tiempo, no obstante, logró transformar México con la construcción de trenes, escuelas y una serie de infraestructuras básicas para el país, entre ellas el desarrollo de una potente industria petrolera que atrajo capital extranjero. La mayor parte de los críticos con el régimen fueron enjaulados o asesinados, y transcurrido un tiempo Díaz acabó perpetuándose en el poder mediante el fraude político y el apoyo del ejército. A principios de 1900, el sistema político implementado por Díaz terminó entrando en crisis debido a múltiples factores, entre ellos la falta de un candidato a sucederle, el auge del nacionalismo y la grave recesión económica en todo el mundo. Las derrotas de Villa ante Obregón se sucedieron una tras otra, y fueron un traslado al chato militar de la indecisión política de Villa como dirigente campesino. Entre el 6 de abril y el diez de junio de 1915 se desarrollaron cuatro grandes batallas, dos en la localidad de Celaya, otra en Trinidad y la última en Aguascalientes.
A diferencia de Zapata, Villa representaba a un sector del campesinado que no era políticamente sin dependencia de la burguesía, lo cual se reflejó en la adhesión incondicional que este le dio a Madero desde un inicio y en su acatamiento al desarme tras la firma de los acuerdos de Localidad Juárez. La burguesía maderista veía con preocupación la forma despótica con que Díaz ejercitaba el poder, la que estaba ocasionando un desgarramiento profundo del tejido popular del país. Por una parte, significativos sectores de la burguesía nacional veían con recelo que las actividades industriales estaban bajo control de los capitales imperialistas, lo cual era favorecido por el régimen de Díaz. Esto impedía que un segmento de la oligarquía terrateniente pudiese constituirse asimismo en hombres de negocios industriales, de forma tal que resultaban marginados de las actividades económicas más rentables del país. Zapata se alió a Madero pensando que le resolvería su problemática, al notar que su situación no se resolvía eficazmente proclamó el Plan de Ayala el 25 de noviembre de 1911 en donde desconocía a Madero como presidente y señalaba que restituiría tierras y aguas a sus viejos propietarios. Este ejército se integró eminentemente por campesinos y su táctica militar fue la de la guerrilla, tomó el nombre de Ejército Libertador del Sur y Centro.
Gilly fue el primero en publicar la crítica en 1974 al difundir La Revolución Interrumpida, en donde propuso que la revolución popular de Villa y Zapata fue terminada por los grupos liberales de Carranza y Obregón. Posterior a Alvarado, Felipe Carrillo Puerto, socialista, fue gobernador de 1922 hasta 1924, en el momento en que fue depuesto y asesinado por las tropas delahuertistas comandadas por Juan Ricárdez Broca y Hermenegildo Rodríguez. Entre las acciones revolucionarias de Carrillo Puerto, están haber fundado la Facultad Nacional del Sureste, decretado la ley del divorcio y -probablemente la mucho más recordada-, otorgarle el voto y derecho de ser votadas a las mujeres yucatecas. El coahuilense Francisco I. Madero fue cabeza del Partido Nacional Antirreeleccionista y creador del Plan de San Luis, que convocaba a tomar las armas contra el gobierno de Díaz. Posteriormente, Madero fue víctima de la asonada militar famosa como la “Decena Trágica”, ocurrida a partir del 9 de febrero de 1913.
La explicación de esto se desprende de la particular tradición de pelea del campesinado mexicano desde el siglo XIX –que explicamos al inicio de este trabajo–, exactamente la misma que les facilitó la construcción de sus organismos independientes de la burguesía y regidos por la democracia campesina. Cuando los creadores del socialismo científico propusieron que el campesinado carecía de iniciativa histórica, se referían a la imposibilidad de que este se transformara en el sujeto histórico de la revolución socialista, labor que sólo podía ser desempeñada por la clase obrera autodeterminada. Y creemos que este planteamiento marxista ha sido de forma plena comprobado por la experiencia histórica del siglo XX. Pero también es cierto que esa misma experiencia dejó en claro que la previsión inicial de Marx y Engels resultaba insuficiente a la hora de interpretar los alcances revolucionarios de las luchas campesinas en los países semicoloniales.
Pero lo verdaderamente importante de esta fase sería que se generaría una ruptura total entre la burguesía y el campesinado, o sea, sería de carácter nacional (Villa + Zapata). Gracias a este perfil romántico de “rebeldes primitivos” que roban a los ricos, el bandolerismo es considerado como una manera de resistencia indirecta del campesinado contra el asedio de los terratenientes, en la que se combina lumpenización social con la pelea de clases –si bien de forma indirecta–. La mejor prueba de esto, es que cuando han explotado las luchas campesinas estos bandoleros han jugado un papel importante como líderes rebeldes. De entrada esto presenta una profunda contradicción, puesto que los indígenas y las llamadas castas fueron quienes en la mayoría de los casos engrosaron las filas de los ejércitos rebeldes en aras de eliminar la sociedad colonial en toda su extensión. Finalizada la colonia de españa y con el desarrollo del capitalismo mexicano, esta contradicción se agudizaría claramente, particularmente por la implementación de las reformas liberales de Benito Juárez en la segunda mitad del siglo XIX –las llamadas leyes de Reforma–.
En un comienzo Carranza aseveró estar en concordancia en abandonar su cargo si Villa y Zapata renunciaban asimismo al liderazgo de sus respectivos ejércitos. Al darse cuenta de este ascenso, Carranza abandonó la ciudad más importante del país para establecerse en Veracruz, al tiempo que hacían su entrada en Localidad de México las fuerzas zapatistas que días después firmarían el Pacto de Xochimilco con las fuerzas villistas en contra de Carranza. Desde el comienzo, el gobierno de Huerta debió realizar en frente de numerosas adversidades. Por una parte carecía de solvencia económica y además se encontraba intensamente endeudado con el enorme vecino del norte, USA, así que Huerta aumentó los impuestos endeudando profundamente al país y obligado a los terratenientes a colaborar con los gastos militares. Pero el rechazo estadounidense al gobierno de Huerta y su apoyo a Carranza tendría consecuencias deplorables para el primero.
Levantamiento De Pascual Orozco
El movimiento republicano asociaba a la Iglesia católica con la monarquía y se oponía a su predominación en la sociedad portuguesa. En Mafra, en la mañana del día 5 de octubre, el rey procuraba un método de llegar a Oporto, acción muy difícil de llevar a cabo por tierra dada la prácticamente inexistencia de escolta y los incontables núcleos de rebeldes del país. Cerca del mediodía el alcalde de Mafra recibió la comunicación del nuevo gobernador civil ordenando que enarbolase la bandera republicana. Poco después el comandante de la Escuela Práctica de Infantería recibió un telegrama de su nuevo comandante informándolo de la novedosa situación política. La situación de la familia real se volvió insostenible.
Tanto el sustituismo como el objetivismo representaron una equivocada revisión de la teoría de la revolución en el marxismo. Pero más importante aún fue la política del gobierno constitucionalista de intervenir de manera directa en los enfrentamientos obrero-patronales para impedir que se profundizaran las movilizaciones. Esto quedó en prueba en el momento en que en febrero de 1915 el gobierno favoreció las solicitudes de los trabajadores de la Compañía Telefónica y Telegráfica Mexicana, quienes reclamaban a la patronal el reconocimiento del Sindicato Mexicano de Electricistas . Frente a la intransigencia de la compañía, el gobierno constitucionalista dictaminó la incautación de los recursos e intereses de la compañía y los puso bajo la administración de la burocracia sindical. La combinación de todos estos componentes provocó que Madero, a nombre de un ámbito de la burguesía mexicana, organizara y liderara una revolución tras el estafa electoral de Díaz en las elecciones de 1910. Esto se repetiría durante el porfiriato, donde fueron permanentes las leyendas con “bandidos justos”.
Ciertos Aspectos De La Estructura Industrial Del País Valenciano
En buena medida, este funcionamiento convertía a la hacienda en una suerte de pequeño estado dentro del enorme Estado, en el cual el terrateniente garantizaba sus intereses particulares y la reproducción del orden colonial al unísono. Este gobierno enfrentó conflictos laborales y tuvo una actitud intransigente y represiva. Uno de sus opositores, Emiliano Zapata, fue ejecutado el diez de abril de 1919 en la hacienda de Chinameca, Morelos. Por otro lado, Emiliano Zapata proseguía en el sur con su movimiento, lo hacía de forma sin dependencia a Carranza. Rebelión por la parte de los opositores, entre los que se encontraban miembros del ejército. El sur, Zapata también proclamó su Plan de Ayala demandando la solución al problema de la tierra.
Madero empleó al ejército federal para eliminar la insurrección zapatista, pero la represión no ha podido hacerle en oposición al ímpetu revolucionario de los campesinos y a las tácticas guerrilleras de los ejércitos zapatistas. Por ello consideramos preciso que las y los socialistas revolucionarios nos aboquemos a la labor de reapropiarnos críticamente de la revolución mexicana como parte de nuestra herencia política. Este será un paso importante a fin de que la clase trabajadora y el campesinado mexicano afronten de manera exitosa sus luchas venideras. A lo largo de la Convención de Aguascalientes en 1914 Obregón no pudo erigirse como un árbitro entre las clases porque el país entero se encontraba sumido en una creciente marejada revolucionaria que cerraba todo margen para las maniobras en las alturas. Por otro lado, el porfiriato había tensado al límite las contradicciones sociales en el campo. Para 1910 –luego de treinta y cinco años de despojos violentos contra el campesinado– el 81% de todas las comunidades habitadas estaban bajo control de las haciendas, especialmente en el norte y sur del país.
De Noviembre De 1910, El Día Que Empezó La Revolución Mexicana
Por ello diferimos con Gilly cuando caracteriza a la Comuna de Morelos como un estado obrero, ya que la clase obrera autodeterminada nunca estuvo que se encuentra en esta experiencia zapatista –ni a lo largo de toda la revolución mexicana–. En contraposición con esta interpretación objetivista, desde nuestra parte consideramos que la Comuna de Morelos fue una exhibe de la imaginación histórica limitada del campesinado. Pero más esencial que estas medidas de carácter económico fue la organización política que desarrolló el zapatismo para garantizar el cumplimiento y defensa de las mismas. Durante su combate con las tropas constitucionalistas en el año de 1916, Zapata se percató de la necesidad de construir un instrumento político que fuera el complemento de su estructura militar, para de esta manera ordenar al conjunto de la población campesina de Morelos y hacerla parte activa de la revolución. Tras múltiples años de una fuerte resistencia por la parte de los zapatistas, que incluso forzó a las tropas del gobierno a retirarse provisionalmente del estado de Morelos, el aislamiento político y militar terminaron por transformarse en los peores enemigos del zapatismo. La consumación de la derrota del Ejercito Libertador del Sur se produjo con el homicidio de Emiliano Zapata el 19 de abril de 1919.
A objetivos de 1907, durante la entrevista que concedió́ el General Porfirio Díaz, Presidente de la República al periodista norteamericano James Creelman, manifestó que el país se encontraba dispuesto para la democracia, lo que generó un nuevo ámbito político en toda la nación. Los conservadores lo veían demasiado débil y liberal, al tiempo que los ex- combatientes revolucionarios y los desposeídos, bastante conservador. El comienzo de la Revolución se fue nutriendo con el repudio a los 35 años de dictadura ininterrumpida del general Porfirio Díaz, por lo que se procuraba hallar una alternativa para que se diese una sucesión en el poder. Restos de los primeros revolucionarios que se levantaron en armas situados en el antiguo cementerio en Gómez Palacio, Durango.