Siempre es Dios quien toma la idea de atraernos. Ojalá que, a partir de ahora, vivamos con mayor conciencia, fe, amor y gratitud cada Santa Misa y acudamos con mucho más frecuencia a conocer a Jesucristo en el Sagrario, con una profunda actitud de adoración y veneración. Y, si de verdad lo amamos, hagamos que nuestro amor a El se transforme en obras de caridad y de genuina vida cristiana. Sólo de este modo seremos un verdadero testimonio de Cristo ante el planeta.
Señor, desde aquel primer Jueves Santurrón, cada Misa que celebra el sacerdote en cualquier rincón de la tierra tiene un valor redentor y de salvación universal. No sólo «recordamos» tu Pascua, sino «revivimos» realmente los misterios sacrosantos de nuestra redención, por amor a nosotros. ¡Gracias a ellos, nosotros podemos tener vida eterna! La solemnidad del Corpus Christi se remonta al siglo XIII.
«yo Soy El Pan Vivo Bajado Del Cielo»
Como pan y vino se entrega Jesús al mundo a fin de que tenga en plenitud la vida de Dios. En las costas de Libia, los 23 mártires coptos estaban seguros de que Dios no los abandonaba y se dejaron degollar diciendo el nombre de Jesús, porque sabían que Dios, a pesar de que les cortaban la cabeza, no los abandonaba. Mi corazón se subleva en mí y se enciende toda mi ternura». En el momento en que la ternura de Dios se prende, esa ternura cálida – es el único con la capacidad de calidez y de ternura- «no le daré un día libre a la furia por los pecados que hiciste, por tus equivocaciones, por adorar ídolos, pues yo soy Dios, soy el Beato en la mitad de ti». Es una declaración de amor de Padre a sus hijos y a cada uno de nosotros.
Al regresar de la Localidad Eterna, se detuvo en Bolsena y, mientras celebraba el beato Sacrificio de la Misa en la cripta de santa Cristina, la sagrada Hostia comenzó a destilar sangre hasta quedar el corporal completamente mojado. La noticia del prodigio se regó como pólvora, llegando hasta los oídos del Papa Urbano IV, que entonces estaba en Orvieto, una población cercana a Bolsena. Impresionado por la majestuosidad del hecho, ordenó que el sagrado lino fuera transportado a Orvieto y, comprobado el milagro, instauró enseguida la celebración de la solemnidad del Santísimo Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo. Y ahí nosotros nos llega el don, el regalo de la fe. Este pan es mi carne, que daré a fin de que el mundo viva. A menudo en nuestra actividad suponemos haber hecho grandes cosas, formulado ideas acertadas, hablado de forma atractiva, escrito expresiones sublimes… Todo viene de Dios.
Lectura Del Beato Evangelio Según San Juan 6, 44-51
Lo habitual es que los alimentos se transformen en nosotros en energía vital, capacidad de ser, posibilidad real de subsistir, sostén de nuestra vida. Sin alimento nos morimos.De ahí que comemos a Cristo a fin de que sea la base de nuestra vitalidad.Para que nuestra vida, en sus múltiples expresiones y signos, se realice reflejo de la vida de Cristo en nosotros. Señor, el espejismo de las cosas de todo el mundo me deslumbran y me previenen reconocerte y ofrecerte el sitio que te corresponde en mi vida. Confío me lleve a valorar la Eucaristía como mi lugar de luz, de promesa, de conversión; te pido la gracia de gozar sensiblemente de tu presencia eucarística.
Está imposibilitado de alzar la vista a los grandes horizontes de la fe que Dios le da misericordiosamente. La Iglesia siempre y en todo momento ha tenido en altísima estima y veneración este augusto sacramento, pues en él se contiene, real y realmente, la Persona misma del Señor, con su Cuerpo santísimo, su Sangre hermosa, y toda su alma y divinidad. En los restantes sacramentos se encierra la felicidad salvífica de Cristo; pero en éste encontramos al mismo Cristo, autor de nuestra salvación. Dios Padre encontró en la Comunión la manera mejor de darse a nosotros en su Hijo. Jesucristo no ha puesto límites en su entrega a su amada mujer la Iglesia.
Visitar a Cristo Eucaristía, o realizar una comunión espiritual, para agradecerle su inmenso amor. El hecho de sentarse todos juntos para comer establece un particular lazo de unión entre los componentes de una familia, de un grupo de amigos o de una red social religiosa, que trasciende los sencillos manjares hacia valores más altos. El alimento estimula la unión de quienes lo distribuyen. Los vínculos familiares, sociales y religiosos se robustecen y la auténtica amistad se afianza. No pongáis triste al Espíritu Beato de Dios con que él os marcó para el día de la liberación final. Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados y también insultos y toda la maldad.
Yo personalmente he tenido la oportunidad de conocer múltiples ocasiones –aquí en Italia- la basílica de Bolsena, rincón del milagro eucarístico, y el santo relicario de la catedral de Orvieto, en donde se palpa una grandísima espiritualidad. Jesús, fuente de todas y cada una de las bendiciones, gracias por tu cuidado paternal y por tu amor incondicional. Ayúdame a fin de que esta oración me cure de mis debilidades y me ilumine para comprender y apreciar el sacramento de la Eucaristía. Solo un cerebro divino ha podido idear similar joya. Sólo de un Corazón de Dios ha podido nacer similar generosidad.
Vuestros progenitores consumieron el maná en el desierto y murieron. Este es el pan que baja del Cielo, a fin de que quien lo coma no muera. Si alguno come de este pan, va a vivir eternamente; y el pan que yo le voy a dar es mi carne, vida del mundo. Las lecturas de la semana anterior destacaban el poder de la fe.
Anfitrión, servidor y manjar va a ser el mismo Señor Jesucristo. Porque el compartir la mesa es un nudo que estrecha los corazones y acrece la alegría. Y son muchas las civilizaciones que han asociado el banquete al culto religioso, tal es así que en el banquete están metidos los dioses. Es un emprendimiento privado de bautizados católicos al servicio de la fe y la civilización cristiana. Por medio de esta página queremos dar a la comunidad textos de estudios bíblicos, para contribuir a reforzar nuestro encuentro con Jesús.